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La CNU

LOS CHICOS DE LA C.N.U

UN SECRETO A VOCES ROTO Y UNA VERDAD QUE DESNUDA LA TRAMA REPRESIVA DEL PODER LOCAL.

La llegada de Oscar Ivanisevic, hombre de la temeraria triple A (Alianza Anticomunista Argentina) de José López Rega, al Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires generó la irrupción al ámbito universitario de organizaciones extremistas de derecha. Una de ellas es la Concentración Nacionalista Universitaria (CNU) hija de JAEN (Jóvenes Argentinos por la Emancipación Nacional) fundada por Rodolfo Galimberti, y a la vez originada en movimientos de carácter filo nazi y ultra católico como TACUARA.

En Mar del Plata la CNU funcionaba al igual que en el resto del país como un grupo de choque y provocación a cualquier otro sector universitario de diferente ideología. Estas facciones poseían un brazo armado encarnado por las famosas patotas integradas por estudiantes y jóvenes que comulgaban con un pensamiento de ultraderecha. Al mismo tiempo existía una cúpula dirigencial encabezada por importantes empresarios, abogados y comerciantes influyentes de la ciudad.

En la CNU estaban el Dr. Ernesto Carlos Piantoni (h) titular regional de la CNU, Gustavo De Marchi, Oscar Héctor Corres, Jorge De la Canale, Raúl Arturo Viglizzo, Ricardo Alberto Cagliolo, Marcelo Arenaza, José Luis Piatti, Carlos Eduardo Zapatero, Alberto José Dalmaso, Raúl Rogelio Moleón, Eduardo Salvador Ullua, Juan Carlos Gómez (hermano de Jorge Gómez), hasta hace muy poco trabajaba en el Auditórium, Fernando Federico Delgado, Eduardo Cincotta, Eduardo Pretelli, Mario Dourquet, Ernesto Macchi, Beatriz María Arenaza, Luis Horacio Raya, Eduardo Aníbal Raya, Oscar Silvestre Calabró, Carlos Roberto Cuadrado, Martha Silvia Bellini, Ricardo Scheggia, Silvia Martín y Roberto Rodríguez.

El viernes 3 de diciembre de 1971 los estudiantes Hugo Roberto Torrado y Rafael San Martín lanzaron una pastilla de gamexane en el aula donde se encontraba un docente que profesaba los lineamientos de Ivanisevic. Ese mismo día el rectorado de la entonces Universidad Provincial de Mar del Plata, cuyo titular era el ingeniero Carlos David Martín Pantín, decidió la expulsión de ambos. Tras lo cual el sábado 4 de diciembre, el Centro de Estudiantes de Arquitectura Marplatense (CEAM), mayoritariamente de izquierda, resolvió convocar una asamblea para el lunes en donde se decidirían las medidas a tomar para exigir la inmediata reincorporación de los compañeros expulsados.

Es así que el fatídico lunes 6 de diciembre de 1971 un grupo integrado por Beatriz Arenaza, Eduardo y Luis Raya, Oscar Silvestre Calabró, Carlos Cuadrado, Carlos Zapatero y Ricardo Scheggia comenzaron a insultar sin motivo alguno a los estudiantes del CEAM reunidos en el aula magna de la entonces facultad de arquitectura, actualmente el rectorado, en Alberdi 2621. Poco a poco las agresiones comenzaron a aumentar. Fue entonces cuando Beatriz fue corriendo a buscar a la patota de la CNU apostada a pocas cuadras de allí en el departamento de Delgado. Rápidamente este grupo llegó hasta el aula magna, que actualmente lleva el nombre de Silvia Filler, del primer piso en donde se desencadenó la tragedia. Entraron 16 personas ajenas a la universidad munidos de cachiporras, cadenas, bombas de humo y gas lacrimógeno. Entre los valientes que repartieron cadenazos se encontraba Adrián Enrique Freijo, (ex interventor de LU6, primer jefe de prensa del entonces electo presidente Carlos Menem y último candidato a intendente de la ciudad por el Partido Justicialista) Viglizzo, Cagliolo, Marcelo Arenaza, Piatti, Zapatero, Moleón, Dalmasso, Ullua, Delgado, Pretelli, Dourquet y Macchi. En tanto Corres y Gómez fueron con armas de fuego y dispararon a mansalva sobre un grupo de 300 estudiantes absolutamente indefensos. Inermes y sin salida, los estudiantes de arquitectura quedaron como un cordero frente a la manada de lobos. Para colmo los pocos que lograron zafarse y acudir a un móvil de la policía bonaerense estacionado frente a la facultad no consiguieron nada. Los efectivos del patrullero dijeron que nada podían hacer y de allí ni siquiera se movieron. Hubo además otros estudiantes que fueron víctimas de los trágicos hechos. Ellos resultaron heridos y fueron cuatro jóvenes. José Fiscaletti, Marcos Chueque, posteriormente pasó a formar parte de la nómina de desaparecidos, Oscar Alberto Ibarra y Néstor Adolfo Vila sufrieron heridas

Por milagro no hubo decenas de muertos. Pero una de las balas alcanzó de lleno en la frente a Silvia Filler, joven de 18 años quien no llegó a tirarse al suelo. Tal cual sí logró su amiga Beatriz Hinojal que al lado de ella se encontraba. Silvia murió en el acto. Efectuaron los disparos Oscar H. Corres, estudiante de derecho de la universidad católica, ¡intentaron nombrarlo juez federal en 1992!, quien además trabajaba para la policía de la provincia de Buenos Aires y Juan Carlos Gómez, alias Bigote, detenido por una causa de drogas y muerto en un enfrentamiento con la policía federal, secretario adjunto de la CGT regional, guardaespaldas de Nelson Rizzo (entonces titular de la CGT regional) y matón de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica).

El aberrante crimen conmovió a la ciudad turística. Pero el impacto alcanzó trascendencia en todo el país. Tanto es así que el entonces presidente de facto, general Alejandro Agustín Lanusse le ordenó al ministro del interior un detallado informe del caso. A su vez el titular de las 62 organizaciones Lorenzo Miguel salió enérgicamente a rechazar en los medios que Juan C. Gómez fuese un hombre de su gremio. Al día siguiente Mar del Plata estaba de luto. Una multitud acompañó el cuerpo de Silvia Filler. Entre varios de esa misma multitud surgieron las piedras que destruyeron las vidrieras de Piantoni hermanos. Hubo disturbios y gran cantidad de detenidos. Uno de ellos fue el estudiante de humanidades Francisco Gorricho quien estuvo en prisión. Al mismísimo Pantín lo agarraron literalmente de los pelos en la sede de la universidad. La indignación popular se hizo sentir.

Al poco tiempo, y según consta en el expediente judicial Nº 11.093 Piantoni le admitió al juez H. Adolfo Martijena ,que el día del asesinato de Silvia él recibió en su domicilio, a los responsables del hecho y los reprendió por lo sucedido. Piantoni predicaba un ultra catolicismo nacionalista apoyado en las doctrinas de Santo Tomás de Aquino. A su vez, sindicaron a Adrián Freijo, quien actualmente es docente de la carrera de comunicación social de F.A.S.T.A. (Fraternidad de las Agrupaciones de Santo Tomás de Aquino) como uno de los rompe-asambleas que también participó de la ruptura de una reunión de los estudiantes de arquitectura en 1969.

Quienes los representaron legalmente fueron los doctores Juan Méndez, José Ventimiglia y Jorge Candeloro. Mientras que a Oscar H. Corres -autor material del hecho - fue defendido por Horacio Raimundo Hofft, hermano del entonces fiscal de turno durante la feria judicial, Dr. Pedro Federico Hofft. Este se excusó, alegando ser el hermano del representante de uno de los dos responsables. Este formalismo retrasó por un mes las actuaciones.

Actuaciones que finalmente condenaron a los imputados Corres, Viglizzo, M. Arenaza, Cagliolo, Piatti, Dalmaso, Moleón, Ullua, B. Arenaza, los hermanos Raya, Calabró, Cuadrado, Zapatero, Scheggia y Bellini. Mientras que Bigote Gómez, Delgado, Pretelli, Dourquet, Macchi y Silvia Martín, ésta última estuvo en la ciudad de Córdoba, estuvieron prófugos y al cadete de 3º año del liceo militar Roberto Rodríguez se lo acusó de encubrimiento.

Paradójicamente el decreto de amnistía firmado en 1973 por el presidente Héctor José Cámpora, que benefició a una inmensa mayoría de presos políticos, terminó liberando también a los asesinos y cómplices del crimen de Silvia Filller. Los culpables siguen libres.

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