jueves

Barrio Don Emilio

Cuando la muerte llega por el comercio de otros

Las cifras alarman: el 9% de los habitantes del barrio Don Emilio tienen cáncer. Si se contemplan las estadísticas médicas que indican que el promedio de una población enferma es del 0,8%, la situación se comprende aún más crítica. Desde el 2000, la ONG “Mar del Plata Vivir 14 Horas” lleva contabilizadas 46 muertes y 170 enfermos de cáncer, leucemia, esclerosis múltiple, o que padecen abortos espontáneos o malformaciones, de acuerdo a un relevamiento realizado casa por casa.

No es casual, sino que comprende una causa preponderante: a pocos metros están instaladas industrias de tercera categoría, es decir “altamente contaminantes”. “El horno piro lítico – Autoclave, las antenas de telefonía celular, la planta de energía eléctrica EDEA S.A, y Transervice SRL son para nosotros las causales ciertas y responsables de las enfermedades y decesos de la población”, sostuvo Verónica Martínez, presidenta de la organización.

En Don Emilio hay instaladas casi una decena de industrias. En el último año se han enfermado 9 personas más y fallecieron cuatro. La ONG alerta sobre el efecto cancerígeno de las fábricas y antenas, que no encuentra respuesta de las autoridades encargadas de garantizar el bienestar de la sociedad.

Según un estudio realizado por Martínez junto a otros integrantes de la entidad sin fines de lucro, se están violando seis leyes (números 25670, 11720, 11459, 24051, 23922 y 25675) como así también el artículo 41 de la Constitución Nacional que reza: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano”.

Casi no quedan puertas por golpear y ningún funcionario legislativo ni judicial, tomaron cartas en el asunto. En el 2004 se interpuso una acción de amparo contra EDEA, Sistemas Ambientales S.A., CTI y Movicom, solicitando la desindustrialización del sector. Pero el Juez Juan Manuel Fernández Daguerre aconsejó recurrir a las vías ordinarias, “que sólo puede mejorar la calidad de vida del enfermo actual, permitiéndole morir con el dinero necesario para realizar sus tratamientos, pero no da solución al conflicto”, expresó Martínez.

El segundo paso judicial dado fue interponer otra acción de amparo contra Mar del Plata Transervice SRL. “Daguerre volvió a rechazar la causa que fue a la Cámara de Apelaciones. Luego volvió, y actualmente la maneja el Juez Alemano”, relató la trabajadora social, quien explicó que ingenieros químicos del INTI realizarán análisis en la industria. “Se está pidiendo el cese de su actividad comercial, consistente en la generación, manipulación, recuperación, almacenamiento, transporte y disposición final de residuos peligros y patogénicos”.

En el 2004 se presentaron tres denuncias en el municipio, cuyos expedientes aún “continúan en tratamiento”; y dos provinciales. Una de ellas fue contestada aduciendo que la denuncia es justificada, pero “no se resuelve nada” en cuanto a pedido de cese de actividad; mientras que la otra fue una nota presentada en la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Sin recibir respuesta alguna, ahora “dice que el expediente está extraviado”, según se dio a conocer en un informe elaborado por la ONG.

El efecto de las industrias queda en evidencia después de conocer estadísticas de los dos hospitales provinciales de la ciudad, Materno Infantil e Interzonal. “Comprobamos que el 37% de los casos oncológicos de la ciudad se concentran en 4 de los 108 barrios”, detalló Martínez. En los últimos días, se constató que en Parque Luro hay 19 casos de cáncer. “Tienen a pocos metros la estación transformadora”, indicó la trabajadora social.

La diferencia es notoria con barrios alejados a la zona donde se han instalados las antenas de celular e industrias altamente peligrosas: en el barrio Constitución sólo el 0,2% de la población son enfermos oncológicos. En enero del 2007, a raíz de una radio abierta realizada en Don Emilio, el director de la Zona Sanitaria VIII, Mauricio Besteiro “reconoció que el 80% de los pacientes que retiran medicamentos oncológicos” viven en los barrios Don Emilio, Bosque Grande, Autódromo, Belgrano o Las Heras.

Ante esta realidad, Martínez asegura que la solución no es compleja: “Hay que modificar el Código de Ordenamiento Territorial y construir un parque industrial químico”.

TOMAR CONCIENCIA, “LO ÚNICO QUE PUEDE AYUDAR”

El nombre de la ONG tiene un porqué. “Cuando comenzamos a realizar el relevamiento casa por casa, en la primera vivienda donde entramos, había una mamá de 22 años que tuvo su bebé un mes antes por cesárea con una malformación cerebral. Ese bebé vivió sólo 14 horas”. Verónica reconoció: “Fue un golpe muy grande para nosotros también: pero es una forma de honrar la vida de una criatura que no pudo disfrutar de ella, por causa de otros”.

Las cifras despiertan seria preocupación, pero las respuestas y el accionar al respecto aún no llegan. “Cada vez es mayor la cantidad de chicos enfermos. Hay chicos que nacen asmáticos hasta chicos a quienes se les desarrolla lupus, la leucemia. Cada vez es mayor la cantidad de chicas que tienen abortos espontáneos y los bebés que nacen enfermos: hay una nena de dos años que tiene bello púbico y busto, y a los cuatro años va a ser señorita. Es un desarreglo hormonal”, describe Martínez la situación ya conocida, desde hace años, por los vecinos. “La conciencia generalizada es lo único que puede ayudar”, sostiene ella.

Las antenas base de telefonía celular se instalaron en las afueras de Mar del Plata. Allí donde la indigencia abunda. “Hay gente que necesita alimentos, abrigos, hay personas que necesitan la medicación. Y hay gente que sencillamente anhela que te sientes a tomar mate: porque lo más importante para el enfermo oncológico, además del tratamiento, es la contención psicológica”, reconoce Verónica.

Enseguida, la trabajadora social recordó el estado de salud “muy grave” por el que atravesó un enfermo oncológico del barrio. “Cuando yo me mudé, a él le dieron el alta al otro día y se fue a pintar mi casa”, relató entre sonrisas. “Rescatás unos valores humanos dentro de la gente que son impresionantes: eso es lo hermoso y lo gratificante de este trabajo”, indicó.

Al mismo tiempo sabe que la tarea es ardua. “Sufrís horrorosamente cuando falta una persona y cuando los ves decaer, porque no podés hacer nada más que acompañarlos. Y sufrís más cuando ves esos publicitarios de EDEA que dicen Mar del Plata está libre de PCB y la gente vive a una cuadra y se está muriendo...”.

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