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Elvira Santoro de Colella


Elvira Santoro de Colella nació en Mar del Plata en 1925 en una casa aun existente en Av. Independencia entre Colon y Brown. Fue la sexta de 7 hijos que tuvo Doña Justina Maurat, Argentina nacida en Guamini, casada con Don Miguel Ángel Santoro. Con consecuencia del parto de su séptimo hijo, Justina fallece, Elvira tenia 2 años, su padre un tiempo después se casaría con Hilaria, española, y tendría dos hijas más.

Hilaria se convertiría así en la madre de 9 hijos de Don Miguel, quien había llegado a los 14 años desde Italia a EE.UU. como polizón buscando a su padre y ante las dificultades idiomáticas decidió proseguir a la Argentina, oficiando de peluquero de la tripulación del buque que lo traería hasta Buenos Aires. Instalado en Mar del Plata tendría durante años se peluquería en la Rambla, primero en la de madera y luego en la francesa. Su trabajo estaría siempre compartido con su condición de miembro de la masonería local, su militancia socialista, y gremial, fundando así el sindicato de peluqueros de Mar del Plata.

Cacha, así la llamaban sus hermanos y hoy sus nietos políticos y bisnietos, se caso en 1946 con Donato Alberto Colella, nacido en la ciudad de Balcarce, quinto hijo d los nueve que tuvieron Nicolás Colella y Maria Di fino. Con el Cacha tuvo 4 hijos, Norma, Mabel, Graciela y Eduardo.

La familia que formaron estaba sostenida por el cuidado maternal de Cacha y el trabajo de Alberto, quien con su camión transportaba arena para la construcción. La educación de los hijos, era un objetivo para el que nos e escatimaron esfuerzos.

Eduardo, el benjamín, eligió estudiar en el Colegio Industrial, en el que haría su Carrera de Maestro Mayor de Obras. Su pasión por el básquet (era jugador del equipo del Club Penarlo) no le impidió, como a muchos de sus compañeros, militar en la UES y formar parte del Centro de Estudiantes de su Colegio y desde ahí pelear por la obtención del boleto estudiantil.

Terminados sus estudios fue incorporado al servicio militar, siendo su destino el Destacamento de Exploración de Caballería de Montaña 181 en la ciudad de Esquel. Allí como dragoneante, tomo a su cargo las refacciones del Cuartel y allí mismo a punto de serte otorgada la baja, fue secuestrado y desaparecido.

A partir de allí, la vida de la familia quedaría afectada para siempre. Como en muchos otros casos, Cacha fue la que unida a otras mujeres integro Madres de Plaza de Mayo, para pelear por la aparición con vida de su hijo. El corazón de Alberto, abatido por la tristeza, quedó herido de muerte.

Cacha, hace ya casi 20 años viuda, sigue sosteniendo la memoria y la lucha, sin claudicar ni en la convicción, ni en la alegría.

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